domingo, 8 de septiembre de 2013

Del contenido de la obra de arte

La obra de arte sabe bien lo que quiere contener, y si ha de ser auténtica (y de lo contrario no será una obra de arte) contendrá eso y no otra cosa. Y para conseguirlo torturará a su artífice todo lo que sea necesario hasta que deje de intentar ponerle patas a la serpiente, hasta que se aparte a sí mismo y sus pretensiones y escuche, hasta que deje sitio a ese contenido que quiere aflorar al mundo visible a través de él. © Antón Rodicio 2013.

jueves, 8 de agosto de 2013

Memorable ocasión


El destino me ha deparado una ocasión memorable. En el Palacio Ducal de Venecia pude ver a la "Olympia" de Manet 

colgada al lado de la "Venus de Urbino" de Tiziano.

Sublime la hora en que tal ocurrió. Momentos así son (junto con otros de variada índole y equivalente elevación) los que hacen que la vida merezca la pena ser vivida. © Antón Rodicio 2013.

[La segunda y la tercera imagen de esta entrada provienen respectivamente de
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/c/cd/Olympia-manet.jpg/1280px-Olympia-manet.jpg
y de
http://euclides59.files.wordpress.com/2013/01/tiziano_-_venere_di_urbino_-_google_art_project.jpg]

sábado, 1 de junio de 2013

Stat rosa pristina nomine, nomina nuda tenemus

El pasado; las cosas que fueron; las que no pudieron ser; las que pudieron haber sido y no fueron; las que, aunque lo pareció, acaso en realidad nunca fueron...

[«Stat rosa pristina nomine, nomina nuda tenemus» es la última frase de la novela de Umberto Eco "El nombre de la rosa", y está extraída (con una pequeña variación: «rosa» por «Roma») de un verso del poema "De contemptu mundi", del poeta Bernardo Morliacense, monje benedictino del siglo XII. Su traducción es, más o menos: «De la primitiva rosa sólo nos queda el nombre, conservamos nombres desnudos». El significado es que todo en este mundo desaparece más tarde o más temprano, y de ello sólo nos queda el recuerdo; recuerdos sintetizados en simples nombres que acaban difuminándose con los años]. © Antón Rodicio 2013

martes, 28 de mayo de 2013

Sobrevivir a una sirena

Una de las mayores hazañas que un hombre puede llevar a cabo es sobrevivir, sin huir, ni taparse los oídos con cera ni guarecerse tras el intelecto o cualquier otro escudo, al ataque indiscriminado de una sirena. Si consigue llegar indemne hasta el punto en que ella, con la mente exhausta y el corazón petrificado, lo deje por imposible, la transformación creativa que se puede operar en él es inimaginable. Pero pocos son lo que logran alcanzar el final del camino. Marco Antonio fue uno de los innumerables que no lo consiguieron. © Antón Rodicio 2013.
[La presente entrada del blog cierra un ciclo que abrió esta otra.]

sábado, 25 de mayo de 2013

Ruego

De resentidos, acomplejados y apocados, libera me domine. © Antón Rodicio 2013.

domingo, 28 de abril de 2013

La lámpara

Paseando el pasado verano por el Gran Bazar de Estambul, de repente me encontré con ella. Quiso venirse conmigo y conmigo la traje. Pero no sin antes cerciorarme de que no era la de Aladino. ¡Qué gigantescas estupideces cometeríamos a veces de tener a nuestra disposición la lámpara de los deseos! Que el destino nos libere de obcecaciones y nos ayude a no desear nunca algo que esté muy por debajo de nuestras capacidades, y en caso de desearlo, nos niegue la lámpara capaz de permitirnos cambiar los ojos por el rabo. © Antón Rodicio 2013.

miércoles, 24 de abril de 2013

Con sigilo y disimulo

Cuando alguien engaña, cuando finge,
cuando trata, con sigilo y disimulo, de aparentar lo que no es,
no hay más que darle tiempo para que muestre
su verdadera cara.
No hay actor tan consumado que consiga
actuar sin traicionarse por tiempo ilimitado.
© Antón Rodicio 2013.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Los enemigos de la creatividad

Tres son los más acérrimos enemigos de la creatividad: el huracán de la ambición, la lacra de una baja autoestima y la cobardía de no ser capaz de abrirse a los demás. © Antón Rodicio 2013