Retrato al carbón de
Freud realizado por Salvador Dalí en julio de 1938, después de visitarlo en su
casa de Londres, donde ya se había exiliado.
Freud padecía desde hacía quince años un cáncer de mandíbula que lo llevaría a la tumba un año después, en septiembre de 1939.
Esa enfermedad cancerosa estuvo siempre bajó un tabú que ninguno de los biógrafos de Freud se atrevió a tocar hasta 2001, año en que Jürg Kollbrunner le dedicó su libro “Freud enfermo” (libro que junto con el de Louis Breger “Freud, el genio y sus sombras”, es el mejor que yo he leído sobre Freud).
Kollbrunner establece un nexo entre el cáncer, que siempre se había atribuido a un fuerte consumo de tabaco, y la ausencia de auténticas relaciones emocionales en la vida del padre del psicoanálisis. Ese dedo de Freud señalando en el dibujo de Dalí hacia la mejilla cancerosa, estaría inconscientemente diciendo, según Kollbrunner: «¡Ved lo que sucede cuando se va por el camino de la represión de todas las pasiones!». © Antón Rodicio 2019.
Freud padecía desde hacía quince años un cáncer de mandíbula que lo llevaría a la tumba un año después, en septiembre de 1939.
Esa enfermedad cancerosa estuvo siempre bajó un tabú que ninguno de los biógrafos de Freud se atrevió a tocar hasta 2001, año en que Jürg Kollbrunner le dedicó su libro “Freud enfermo” (libro que junto con el de Louis Breger “Freud, el genio y sus sombras”, es el mejor que yo he leído sobre Freud).
Kollbrunner establece un nexo entre el cáncer, que siempre se había atribuido a un fuerte consumo de tabaco, y la ausencia de auténticas relaciones emocionales en la vida del padre del psicoanálisis. Ese dedo de Freud señalando en el dibujo de Dalí hacia la mejilla cancerosa, estaría inconscientemente diciendo, según Kollbrunner: «¡Ved lo que sucede cuando se va por el camino de la represión de todas las pasiones!». © Antón Rodicio 2019.