Pensar por uno mismo y vivir de acuerdo a lo que se piensa es algo al alcance de muy pocos, independientemente de la formación que se tenga y de la capacidad intelectual. Se necesita mucha energía interior, mental, anímica para una cosa así. Por eso existen los rebaños psicológicos e ideológicos, de un signo y de otro. Y por eso el mundo va cada vez peor. Porque si bien la proporción de personas capaces de pensar por sí mismas, fue siempre baja, nunca la humanidad tuvo en sus manos, gracias a la ciencia y a la tecnología, un poder tan enorme sobre el mundo material y nunca estuvo tan libre del freno y del consuelo religiosos. Mucho poder y poca responsabilidad, mucho intelecto y poco control sobre las emociones; un cóctel destructivo y mortal. © Antón Rodicio 2024
sábado, 27 de julio de 2024
jueves, 11 de julio de 2024
Lluvia
Compostela, 11 de julio. Llueve. En realidad, lleva nueve meses lloviendo. Desde que empezó, el 13 de octubre, las semanas sin lluvia han sido siete, pero nunca más de dos seguidas. En Santiago la lluvia siempre fue arte, pero este año las performances de impermeables agitados por el viento y los diálogos que se establecen en la plaza del Obradoiro entre las gaviotas que llegan desde Finisterre a ver al Apóstol y los paraguas que salen volando de manos de sus dueños, han sido constantes. Hoy tenemos cierta visibilidad, pero ayer a estas horas tuve que darle indicaciones a la Santa Compaña, que entre la niebla cerrada y el GPS de Google, llegó extraviada a la rúa das Hortas. Aun así, no nos quejamos; en cuanto tengamos dos meses seguidos de sol, nos acordaremos del cambio climático como el que más, pero de momento nadamos en abundancia (nivel de los embalses de Galicia, 82%). ©Antón Rodicio 2024
sábado, 16 de marzo de 2024
Todavía hay esperanza
viernes, 15 de marzo de 2024
Corren malos tiempos para el planeta
Me entero por los medios (Cadena Ser) de que las grandes petroleras (Shell, ExxonMobil, Chevron, BP...) dan marcha atrás en sus compromisos de reducción de las emisiones que causan el efecto invernadero y el cambio climático.
Corren malos tiempos para el planeta, para las generaciones futuras, para todos nosotros, incluidos los accionistas de las tales empresas.
Ante esto son posibles todo tipo de reacciones viscerales (realmente no injustificadas) y un análisis simplista tras otro. Pero el problema es muy complicado.
El poder tecnológico que la humanidad tiene actualmente en sus manos es enorme. Y como su nivel de consciencia no está, ni de lejos, a la altura de ese poder, éste se usa en muchos aspectos del peor modo posible y la situación va de mal en peor.
En el ser humano no se ha producido a nivel emocional un cambio que pueda compensar el enorme desarrollo experimentado por su intelecto en los cuatro últimos siglos. Estamos muy lejos en lo espiritual de la vertiginosa altura a que la ciencia ha conseguido elevarnos en lo material.
La humanidad ha llegado a la mayoría de edad en lo exterior, pero en lo interior aún no ha pasado de la primera infancia.
Este es el verdadero problema. ¿Cuál es la solución? © Antón Rodicio 2024
domingo, 28 de enero de 2024
Sacándonos del centro y rebajándonos
domingo, 15 de octubre de 2023
La única salida
En lo profundo de la noche. Cuando más negro se ve todo. Pero también, cuando es más fácil encontrar la única salida posible: hacia adentro. © Antón Rodicio 2023
(Compostela, plaza de las Platerías)
lunes, 12 de junio de 2023
Los límites de mi lenguaje no son los límites de mi mundo
Lo que sigue es un fragmento del libro de Penrose La nueva mente del emperador, Capítulo 10:
«Una de las principales puntualizaciones que hace Hadamard en su estudio sobre el pensamiento creativo (La psicología de la invención en el campo matemático) es una impresionante refutación de la tesis, tan a menudo expresada todavía, de que la verbalización es necesaria para el pensamiento. Difícilmente podríamos hacer algo mejor que repetir una cita de una carta que recibió de Albert Einstein a propósito de esa cuestión:
"Las palabras o el lenguaje, ya sea escrito o hablado, no parecen jugar ningún papel en mi mecanismo de pensamiento. Las entidades físicas que parecen servir como elementos del pensamiento son ciertos signos e imágenes más o menos claras que pueden reproducirse y combinarse voluntariamente... Los elementos antes mencionados son, en mi caso, de tipo visual y muscular. Las palabras u otros signos convencionales tienen que buscarse laboriosamente sólo en una segunda etapa, cuando el citado juego asociativo está suficientemente establecido y puede ser reproducido a voluntad".
(...)
Otros tipos de pensamiento, quizás tales como el filosofar, parecen más adecuados para la expresión verbal. ¡Quizá sea esta la razón del por qué muchos filósofos parecen ser de la opinión de que el lenguaje es esencial para el pensamiento inteligente o consciente!».
Hasta aquí Penrose. Y a partir de aquí, dos palabras para insistir en estas dos últimas frases suyas. Leyéndolas, me resulta inevitable pensar en Wittgenstein, para mostrarme en contra de uno de los aforismos de su Tractatus lógico-philosophicus: por mucho que Wittgenstein lo diga, estoy en total desacuerdo con que los límites de mi lenguaje sean los límites de mi mundo. Aunque reconozco que si se quiere transmitir algo de nuestro mundo a personas que no nos son cercanas, más nos vale ser capaces de traducirlo en términos de lenguaje. Por lo menos mientras no tengamos, como especie, habilidades telepáticas, dirección en la que estoy convencido que acabará evolucionando el cerebro humano, sea de modo darwiniano o sea de algún otro modo. © Antón Rodicio 2023