domingo, 12 de marzo de 2023

La huida de la belleza

«...a orillas del río Quebar, el cielo se abrió y tuve visiones divinas» (Ezequiel 1,1).

La belleza está siempre ahí, a un paso de nosotros, pero nuestros relojes y nuestra forma de vida están ajustados para que no coincidamos nunca con ella. ¿Por qué? Porque lo bello –como Rilke bien sabía– es el comienzo de lo terrible: nos saca del mundo interpretado y nos lleva al mundo de las puras relaciones, dejándonos totalmente indefensos ante lo que es. © Antón Rodicio 2023

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