El “Parzival”, de Wolfram von Eschenbach, y la “Divina Comedia”,
de Dante, son las dos obras cumbre de la literatura medieval europea. (Aunque
la primera sea menos conocida entre nosotros, hay quien la considera –por
ejemplo Joseph Campbell, el famoso mitólogo norteamericano– incluso superior a
la segunda).
El “Parzival” contiene la versión más heterodoxa de la leyenda del
Grial, y a pesar de que Wagner dice haberse inspirado en ella para crear su
ópera “Parsifal”, la verdad es que el misógino héroe de Wagner no tiene
absolutamente nada que ver con los caballeros que aparecen en el libro de
Wolfram.
Siendo la “Divina Comedia”, por su parte, la máxima obra literaria
de la teología y la filosofía católicas, poco parecido puede esperarse entre su
espíritu y el del “Parzival”. Y efectivamente, sus diferencias son radicales. Aunque
los ejemplos podrían multiplicarse, basta con el siguiente. Dante condena al
Infierno a los ángeles que permanecieron neutrales en la rebelión de Satán
contra Dios, es decir, a los que no tomaron partido por ninguno de los dos
contendientes. Wolfram, sin embargo, reserva a estos ángeles la elevada misión
de sacar al Grial de la contienda y bajarlo a la Tierra, ofreciendo así a los
humanos ese camino espiritual que está entre los pares de opuestos, entre el
temor y el deseo, entre la luz y la oscuridad, entre el bien y el mal. © Antón Rodicio 2019.
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