«El hombre no es más que una caña, la más débil de la naturaleza, pero es una caña pensante. No hace falta que el universo entero se arme para aplastarlo: un vapor, una gota de agua, bastan para matarlo. Pero, aun cuando el universo lo aplastara, el hombre sería todavía más noble que el que lo mata, porque sabe que muere y lo que el universo tiene de ventaja sobre él; el universo, en cambio, no sabe nada de esto».
Esto dice Pascal (y lo dice así: «el hombre...», en lugar de: «el ser humano...», porque en su época las mujeres aún no habían empezado a existir). Pero yo, desprovisto ya del inmenso apoyo que la razón y el "sentido común" proporcionaban a Pascal y a su tiempo, no me creo que el universo no "sepa" (de algún modo) todo eso que Pascal dice que no sabe. Y creo, por el contrario (aunque no, evidentemente, como una rígida e intocable creencia de tipo religioso, ni nada por el estilo), que el universo en su conjunto es mucho más que ese lugar inmenso, mecánico, indiferente a nosotros, carente de inteligencia, significado y finalidad en el cual la mente humana apareció por casualidad, que el paradigma aún imperante pretende que es. © Antón Rodicio 2012.
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