Este es el gran problema de la humanidad actual: que no está interiormente a la altura del enorme poder que la ciencia y la tecnología han puesto y ponen cada vez más en sus manos.
Manejamos las actuales armas de destrucción masiva, incluidas las nucleares, con el mismo rudimentario autocontrol de las emociones de cuando sólo sabíamos matarnos con flechas y arcabuces.
Necesitamos con urgencia saber más de nosotros mismos y de nuestro papel en el cosmos. El inmenso poder material que tenemos y el sinsentido que padecemos forman un cóctel destructivo y mortal. © Antón Rodicio 2025