Pensar por uno mismo y vivir de acuerdo con lo que se piensa es algo al alcance de muy pocos, independientemente de la formación que se tenga y de la capacidad intelectual. Se necesita mucha energía interior, mental, anímica para una cosa así. Por eso existen los rebaños psicológicos e ideológicos, de un signo y de otro. Y por eso el mundo va cada vez peor. Porque si bien la proporción de personas capaces de pensar por sí mismas, fue siempre baja, nunca la humanidad tuvo en sus manos, gracias a la ciencia y a la tecnología, un poder tan enorme sobre el mundo material y nunca estuvo tan libre del freno y del consuelo religiosos. Mucho poder y poca responsabilidad, mucho intelecto y poco control sobre las emociones; un cóctel destructivo y mortal. © Antón Rodicio 2024
sábado, 27 de julio de 2024
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