Borges lo dijo con maestría y economía de medios en “Historia de dos que soñaron”, tomándolo de “Las mil y una noches”. Mircea Eliade lo relató brevemente en “La prueba del laberinto”, remitiéndose a los “Khassidischen Bücher” de Martin Buber. Paulo Coelho, con el insoportable tufo pseudoespiritual que le caracteriza, malgastó doscientas páginas para no decir más en un libro de título inexplicable: “El alquimista”. Yo lo diré en una sola línea: He recorrido buscándote todos los caminos del mundo y estabas donde di el primer paso. © Antón Rodicio 2011.
domingo, 19 de junio de 2011
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