El materialismo es una superstición.
No lo digo sólo yo. Lo afirmó también, por ejemplo, John Eccles, premio Nobel de Medicina en 1963.
Y no creáis que no hace falta valentía para decirlo desde dentro del mundo científico. Pero hoy, ser beligerante ya no es cuestión de temperamento: es cuestión de supervivencia.
La visión del mundo necesita una transformación radical. El planeta no puede esperar. El exterior se ha vuelto un espejo implacable del interior. Lo que vemos fuera es un vacío espiritual proyectado hacia el mundo.
La crisis ecológica y la crisis existencial de la humanidad son dos caras de la misma moneda.
No hablo de religión —las detesto a todas—. Hablo de espiritualidad. Sin una visión irrefutable de qué somos (no tanto “quién” como “qué”) y de por qué y para qué estamos aquí, no saldremos de esta. © Antón Rodicio 2025
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